Ya era significativo en el pueblo decir por ejemplo, refiriéndose al hermano del padre o de la madre aquello de: » voy a casa de tío tio Juan..», para darle un sentido más exacto y diferenciarle de otro paisano llamado Juan, así se recalcaba y se repetía, para matizar que se tenía ese parentesco con él. De igual modo se cumplía con las mujeres, … » ha dicho tía tía Andrea, que»… Lo importante era la comunicación, el entendimiento, no era necesario conocer la gramática, se buscaba lo sencillo y lo práctico.
Es también así como los apodos o motes, que proliferan en la mayoría de los pueblos, cumplen un cometido, una misión de identificación fundamental, favorecen la localización, puesto que hay apellidos tan extendidos, que no sirven para reconocer a una persona.
Dice el diccionario:
- APODO.- Nombre que suele darse a una persona, tomando sus defectos o de alguna otra circunstancia.
- MOTE.- Sobrenombre que se da a una persona por una cualidad o condición suya.
- Esta costumbre de utilizar apodos se usa desde que existe la Humanidad. Se conocen casos ilustres como el de Cicerón, el más famoso orador del Imperio Romano, llamado Cayo Tulio, al que una verruga en la cara, del tamaño de un garbanzo ( cícero en latín), le dio el apodo con el que pasó a la Historia.
El origen de los motes derivaba a veces de algún hecho jocoso, actividades profesionales, nombres o apellidos de antepasados, características físicas, habilidades, virtudes, discusiones o momentos de ingenio, en los descansos de los duros trabajos cotidianos…
Los apodos populares siguen siendo numerosos, imaginativos, a veces apropiados, pero sobre todo ocurrentes.
Puede servir de ejemplo esta pequeña historia…
Se supone que algún antepasado en alguna pequeña discusión o reyerta, recibió el apelativo de » culebro» y su oponente, respondió dolido en el fragor de la disputa… y tú » hurón»…, tal vez por la estatura o por el carácter sin duda diferente de los dos … (¿o fue al revés?… ¡que más da!), y así son las cosas, quedó significada aquella situación, como punto inicial para conocer y distinguir a estos dos personajes y por ende a sus familias: Hurones y Culebros…
Es sabido que apodar o motejar era otra forma de «bautizar», amén del sacramento recibido en la iglesia. También con su uso se contribuyó a enriquecer las peculiaridades lingüísticas de nuestro pueblo*.
Muchas veces era recibido de un modo incómodo, que molestaba y lo que tal vez quiso ser un insulto, resulta ahora una seña de identidad y se entiende como algo particular y cariñoso.
La cultura de las gentes y el ver aquellos hechos tan lejanos, hacen que se vayan perdiendo en el recuerdo.
Bien es cierto que son situaciones de los pueblos y de gentes sencillas y humildes, quedan para otros aquellos títulos ( aunque de origen distinto), de marqueses, condes o duques, pero cada uno lleva encima su propia dignidad.
Como se ha dicho algunos eran peyorativos, pero hoy tienen un valor, del cual se llega a mostrar simpatía y son reivindicados hasta con cierto orgullo. Gracias al apodo muchos antepasados, familiares nuestros, siguen vivos en nuestra memoria.
Veamos una muestra de los apodos de San Juan de la Nava, tal vez se queden varios sin incluir, pido disculpas por su omisión, al igual que lo hice para los que se incorporan a continuación. Va con ello mi particular homenaje a todos.
Esta es una relación de motes que se aplican a familias y a personas de un modo individual. La mayoría se han heredado de padres a hijos y por ello algunos pueden ser muy antiguos.
Se ha tratado de agruparlos al considerar que guardan alguna relación.
Servían para motejar a familias enteras:
- Procedencia de nombres de objetos diversos:
Adobe, Aragüelle, Boina, Clavillos, Correas, Cuerdas, Chinarro, Chinillas, Calzona, Huevo, Gorra, Manzano, Melón, Minas, Panocha, Penca, Pelotas, Peseto, Perra Chica, Penca, Vigola, Virutas.
- Procedencia de nombres de animales:
Culebro, Hurón, Colorín, Conejo, Borreguilla, Churro, Galgo, Garrapata, Garrapo, Periquines, Conejera, Jabato, Marica, Merina, Mosca, Lobo, Lebrel, Liebre, Rabilargo, Chivo, Lobato, Zorro, Zorrillo.
- Procedencia geográfica, bien por nacimiento o relación:
Cordobés, Zamorano, Malagueño, Melilla, Navarra.
- Características personales o figuradas:
Lista, Callejas, Gordo/a, Guapa, Majo, Machaco, Murga, Gitano, Zurdo, Cabezota, Gacho (zurdo), Judío, Pelón, Minuto, Cano, Rubito, Negro, Cojo, Torbellino.
- Procedencia del nombre de un antepasado:
Bernabé, Antolín, Baldomero, Gaspar, Gloria, Goyo, Mata, Tadea, Frailán, Robustiano.
- Derivaciones aumentativas de nombres:
Remigión, Miguelón, Pedrazo, Carmelona, Juanota, Leonazo, Romanazo.
- Derivación de diminutivos de nombres:
Alejandrillo, Doloritas, Faustillo, Maximino, Tomasillo, Manuelillo, Pablillo, Paquillo, Gililla, Goyillo, Santillos.
- Distorsiones y alteraciones formales:
Pantalón por Pantaleón, Panta (apocope de Pantaleón), Timote por Timoteo.
- Procedencia de oficios, profesiones o condición:
- Sacristán, Herrero, Tamboritero, Gaitero, Carabinero, Marino, Sereno, Melero, Molinero, Canillero, Guardilla, General, Juez, Reina, Alcaldillo, Correo, Cavero, Caverilla, Fraile, Falangista, Pañero, Lechuguino, Regente, Rojo, Señorito/a, Amoroso, Mentiras, Barrunta.
- Derivaciones anatómicas:
Cogote, Corvas, Patas, Panano, Cachas.
- Derivaciones peyorativas:
Changarra, Mangarra, Pingos, Capirujo, Pirucho.
- Otros de difícil catalogación:
Ronda, Paniagua, Popomila, Cunís, Polda, Guame, Fandel, Enero, Carreso, Nieblas, Taviro, Caramba.
Hasta aquí esta relación de apodos, que no se considera exhaustiva, pueden faltar muchos más**.
Cada sanjuañego que se sienta aludido, podía explicar a su familia (sobre todo a los más pequeños), el origen de su mote o apodo, … servirá, junto con otras tradiciones que cité en otro momento, para comprender un poco más las raíces de nuestro pueblo.
Un saludo. Juan García Yuste .-2004
*.- Puede completar el vocabulario que se incluye en la «página web» del pueblo: http://roble.pntic.mec.es/~jgarci41
**.– Si al leer estas líneas recuerdas alguno y quieres que figure, házmelo saber. Gracias.
NOTA FINAL: Para agradecer a mi familia la ayuda prestada en la recopilación de los apodos que se incluyen.