(Dos fechas importantes… entre otras)
En el año 1950 el Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción de la Virgen y el año 1954 fue declarado Año Santo Mariano, centenario de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción de María. Una circular del obispado de Ávila de 25 de enero ya lo pregonaba. Se pretendía extender la devoción a la Virgen, por medio de ella “resucitar la vida cristiana y las costumbres cristianas de la familia, en la enseñanza y educación de la niñez y juventud, en la conservación y fomento del patrimonio riquísimo de virtudes cristiana cultivadas con esmero”…
Se programaron y desarrollaron numerosas liturgias, para que cada ciudad y pueblo honrase a su patrona, a la imagen, a su advocación de la Virgen María…
El día 29 de mayo informaba el Diario de Ávila que a las 8´30 horas de la tarde, habrá una “Grandiosa Cabalgata Mariológica en honor de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen”…, no se trata, cita el periódico, de un desfile procesional de imágenes veneradas que en su día se llegará a organizar, sino una “armoniosa síntesis de estampas mariológicas”…
En ese mismo periódico se da información de las Fiestas Comarcales Marianas en el Santuario de Ntra. Señora de Sonsoles, cita e informa que “mañana” (30 de mayo): Homenaje de El Barraco, Navalmoral de la Sierra y San Juan de la Nava que traerán en carrozas artísticas, las imágenes de Nuestra Señora de la Piedad, Aldeavieja y Misericordia respectivamente… A las 12 horas misa cantada por los fieles, sermón por el muy ilustre señor don Mariano Taberna. A las 16 horas, procesión por el Campillo y acto Mariano, después ronda de los mozos de las parroquias a la Virgen de Sonsoles.
Como se ve, San Juan de la Nava se unió a esos actos formando parte de las propuestas iniciadas por la diócesis abulense.
Veamos el Diario de Ávila de 06/11/ 1954:
De los actos realizados, creo que es importante transcribir literalmente esta bella crónica de David Jiménez, secretario en esas fechas del Ayuntamiento de San Juan, pues da idea del sentir de un pueblo en una fecha determinada, que muestra los sentimientos religiosos que imperaban en la sociedad del momento.
Decía:
Una vez más siento la satisfacción de pregonar la fe de un pueblo católico que arde en deseo de superase.
El domingo 31 de octubre, sumándose como un eslabón más a la cadena interminable de pueblos españoles que en ardientes deseos de vivir en María y para María, se ha consagrado oficialmente a su inmaculado Corazón, tuvo lugar esa consagración de la villa de San Juan de la Nava.
Una Junta organizadora supo poner en juego todo su entusiasmo, lanzando a la calle artísticos programas que atrajeron a innumerables vecinos de otros pueblos para sumarse a los actos.
Por la mañana, a las once, misa solemne con oración sagrada a cargo del reverendo don Casimiro González Medina. (*)
El acto más significativo fue a las cuatro de la tarde…
Previo un repique general de campanas, se congregó el pueblo entero en la iglesia parroquial para rezar el Santo Rosario, organizándose inmediatamente la magna procesión. Ya en la plaza principal de la villa, se coloca a la Santísima Virgen en el altar previamente construido y artísticamente adornado, dando principio el acto de la consagración.
Rodean a la Virgen los niños de las Escuelas, los vecinos todos e innumerables forasteros.
En el balcón del Ayuntamiento, ante el micrófono instalado, forman la presidencia las autoridades y la Junta organizadora de los actos. Se hace un profundo silencio y se oye la voz del sacerdote para presentar a los oradores. Son estos, a parte de los niños y niñas que intervienen para recitar preciosas poesías, el señor secretario del Ayuntamiento y el señor maestro, quienes con elocuentes discursos consiguen preparar tan dignamente los corazones, que en medio de un silencio impresionante y de una devoción singular, oyen y recitan, postrados de hinojos, la fórmula de consagración que en tono solemnísimo recitó el alcalde. Cerró el acto el señor cura párroco con elocuentes y encendidas palabras, escuchándose a continuación interminables vivas a la Santísima Virgen y al católico pueblo de San Juan de la Nava.
Continúa la procesión hasta la iglesia y se canta la Salve, terminando así los actos.
Dios bendiga al pueblo de San Juan de la Nava para que no retroceda en el camino que hace mucho tiempo emprendió y pedimos de corazón a la Santísima Virgen que acepte la consagración de este pueblo y le haga digno de permanecer en su Inmaculado Corazón. Así concluye la reseña y así quedó para hoy traerla al presente, es una pequeña parte de nuestra historia más cercana, que es necesario rescatar y dar a conocer, pues dice mucho de nuestros paisanos, dispuestos aun a refrendar y enriquecer posiblemente con más datos todo lo expuesto.
Seguro que habrá anécdotas curiosas de los preparativos y recuerdos entrañables que llenen alguna página de otros programas de fiestas como éste.
Un saludo Juan García Yuste
(*) David Jiménez informa también del enlace en esa ceremonia de Vicenta García Varas y Francisco Martínez (Auxiliar de Ayuntamiento)