(Una fecha que ha perdurado a través del tiempo)
Hablando con familiares en el pueblo, sobre vivencias, recuerdos y tradiciones, surge el tema de las piedras, ¡siempre las piedras!. Un terreno que podemos definir como «Tierras pardas meridionales, siendo los granitos las rocas predominantes«, que dan carácter y reciedumbre al paisaje de San Juan de la Nava. Rocas, que son hitos importantes y origen de leyendas curiosas, con sus caprichosas formas, que sin duda dan belleza a nuestro entorno. Estos afloramientos conforman figuras singulares, debido también a la erosión y los agentes meteorológicos, han dado lugar ser nombrados de un modo propio y diferenciado, por ejemplo: Canto la Zorra, Canto la Nía, Canto las Cruces, Canto los Hierros,… y Canto el Jorcao. Al oír este nombre, algunos sanjuaniegos y sanjuaniegas, citan inmediatamente: ¡Si!. ¡El 9 de febrero!…¿? …Después se matiza y explican: ¡Si! ¡Ese día se pone el Sol por la hendidura que tiene el Canto el Jorcao!.
Hago una reflexión y pienso, que la transmisión oral ha llegado hasta nosotros de forma extraordinaria, se encuentra en el recuerdo de nuestros mayores, lo que me lleva a pensar, que al igual que en otras civilizaciones, nuestros antepasados tenían en cuenta lo que ocurría en el firmamento, observando los cambios estacionales, los cambios meteorológicos, tanto por su condición de agricultores y ganaderos, como por otros aspectos más espirituales o trascendentales. Analicemos estos datos.
Lo expuesto da pie a observar durante un año las diferentes puestas de Sol, allá por la Corvera y la Cancha, hasta la parte más noroeste, cercana al pinar de la Solana.
En ese recorrido cíclico de las puestas de Sol, se fijan las fechas de los equinoccios y solsticios, las fechas de comienzo de las cuatro estaciones, por todo ello, la Tierra en su traslación continuada, “hace dos recorridos en el año por el lugar”, por lo que la conclusión, al momento, es que hay dos fechas en que se repite el hecho. Tras la observación citada, es necesario que transcurra un año y si es posible observar de nuevo, se llega a la certeza de que las fechas han variado sensiblemente. Cuando entra la luz del Sol por la hendidura del Canto el Jorcao” es el 5 de febrero(1) y el 6 de noviembre.
El Canto “el Jorcao”, se entiende por el Canto Horcado, con forma de horca de dos dientes, el recuerdo nos lleva a aquellos utensilios de trabajo que utilizaban y aun ahora pueden usarse, que sirven para realizar los trabajos de primavera, al dar la vuelta al heno segado, recogerlo y hacer almiares, o las “pacas” ahora con ayuda de las máquinas. También en épocas estivales, para dar la vuelta a las parvas de las eras y recoger la paja, para concluir la tarea.
Queda así preguntarse: ¿Cómo ha llegado hasta nosotros esa relación del canto el Jorcao y el astro Sol?, por mera curiosidad, por ese interés del labrador y ganadero de observar la Naturaleza y utilizarla en su conocimiento y provecho, para prever los cambios de estación, (equinoccios y solsticios), clima, temperatura, o tiempo, siguiendo un calendario propio, que marcaba en la observación permanente de los astros (Sol, Luna o estrellas), épocas y fechas para sembrar, escardar, podar, recolectar, etc.. Queda ahí para pensar y comprender si cabe, algo más el mundo rural, el trabajo esforzado y los citados cambios meteorológicos, con el fin de asegurar cosechas y ganado.
Una de las fuentes que han quedado en el saber popular han sido y son los refranes… La luz del Sol, el avance de las horas de Sol a partir del solsticio de invierno, es evidente. Muchas fechas, así como algunas fiestas se cristianizaron, al ser éstas esperanza en la vuelta y crecimiento de la luz. Datos y conmemoraciones actuales, son por ejemplo: “Por los Reyes (6 de enero), lo conocen los bueyes”, ese crecimiento es casi imperceptible, pero “ya los bueyes” lo perciben, ¡! se dan cuenta de un leve alargamiento de la jornada y acusan el cambio, porque deben de trabajar más tiempo, (en los veranos, el trabajo de la trilla, que se hacía entre otros, en el prado de los Barreros, se dejaba cuando el Sol se ponía por la “Corvera”). Sin duda, su labor se regía por el astro rey…, “Por San Sebastián (20 de enero), lo conoce el gañán”, “por San Vicente (22 de enero) una hora en creciente”. “por San Blas una hora más”…
Así seguiría y sigue (como no) el refranero acompañando la vida de nuestros paisanos. Pero volvamos a nuestras fechas del “Canto el Jorcao” el recuerdo era y es el 9 de febrero solamente, nadie recuerda la fecha de noviembre, sin duda ésta ( 6 de noviembre) era en el camino al solsticio, hacia mayor oscuridad y lo que se controlaba y festejaba, como hemos dicho, era el “nacimiento de la Luz”. Ahora ya sólo queda dejar constancia de los hechos, del recuerdo y de las fechas.
También, se me ocurre, transmitir una invitación a dar un paseo hasta la base del «Canto el Jorcao» y disfrutar de la vista de nuestro pueblo, no es necesario hacerlo en las fechas citadas (más propias de confirmar la entrada de la luz desde el pueblo), mejor en el buen tiempo, con el terreno y las piedras secas, por lo agreste del paraje, con la posibilidad de pasar una mañana o tarde agradable, dejando volar la imaginación. La vista es muy interesante y un nuevo pensamiento… mirando con interés y atención al fondo del pueblo, los rayos solares en esos días y en su momento crepuscular también alcanzan a nuestra iglesia(2), por su orientación, se alinea con ese último destello. No es original, muchas de las construcciones religiosas y lugares funerarios, tuvieron también esa intención(3).
Recordando lo leído hasta aquí o pensando una vez más en el trabajo y conocimientos de nuestros antepasados, tal vez surjan nuevas opiniones o alguna iniciativa para seguir completando el significado de todo lo expuesto.
Juan García Yuste
Notas:
(1) Como se observa, la fecha ha variado. Habrá algún motivo, entre los que puede estar el ajuste del calendario que se hizo en épocas pasadas.
(2) Con Google Eart se han localizado la latitud y la longitud de la Iglesia de San Juan de la Nava son: 40o 28´ 41,78” N. y 4o 41´ 02,19” O. Elevación 1.123 metros sobre el nivel del mar.
Del Canto el Jorcao son: 40o 28´ 29,20” N y 4o 30,58”O. Altitud 1.175 metros sobre el nivel del mar.
(3) Ver usos y orientaciones de las iglesias (lugar también de enterramientos), historia de los dólmenes y otros monumentos religiosos y funerarios.